sábado, 27 de diciembre de 2008

Homenaje a Margarita Paz Paredes (1922-1980)




Margarita Paz Paredes


Es viernes y pienso en ti


Es viernes y pienso en ti.

¡Te extraño tanto...!

Sin embargo, eso no era lo convenido.

Nunca llegamos a pensar en nosotros.

Nos preocupaban esas cosas que nos dolía a todos

y oíamos, conmovidos, el rumor de las voces compañeras,

a veces, como un oleaje tempestuoso

y otras, como un surtidor de grata resonancia.

Y estábamos con ellos.

Y así fue que un día me contagió su indignación,

su lucha, su esperanza por alcanzar el sueño;

ese sueño poblado de presencias

tan reales, tan desnudas, como el hombre

y su terrible y bella trayectoria.

Pero es viernes y pienso en ti.

¡Te extraño tanto!.

Tal vez la tarde gris, lluviosa, húmeda;

tal vez esa necesidad inexplicable

de tu sonrisa filtrándose en las horas vacías,

o de la curvatura de tus brazos

donde cabe la dimensión de la ternura.

¿Qué haces? ¿Hacia dónde caminas?

¿Qué viento hincha tu camisa amarilla?

Debes estar cansado.

Te miro a la distancia, tenaz, insomne, firme

compartiendo el esfuerzo, la ambición, la dureza .

Te miro trabajando

por el ideal del que hemos hablado tantas veces...

Todo está bien; pero ahora...

¿por qué no te detienes un instante?

Es bueno ver el cielo

a través de los árboles de mayo

¡Qué balcón asombroso,

desde donde la luna se aparece a los hombres,

con esa magia misteriosa

en la que irremisiblemente nos envuelve!.

Mira, ¡qué hermosa!.

A veces pienso que cuando estamos tristes

-como yo estoy ahora,

porque de pronto el amor nos germina los poros

del alma y de los labios

y no hay un campanario

donde tocar a vuelo este prodigio.

ella, la luna, es de verdad amiga.

Suavemente, extiende sus antenas luminosas

y transmite, en señales sonoras, el mensaje.

Entonces recibimos la respuesta amorosa

y nos quedamos temblando, entre la noche,

poblados de suspiros, de sueños, de caricias.

Es viernes y pienso en ti.

¡Te extraño tanto.!

Un día me dijiste simplemente "Te amo".

Y te miré a los ojos

y solté las amarras de mi barca

y navegué en tu océano.

Mi arena

se transformó en espuma viajera y sorprendida;

y descubrí contigo

islas inconquistables,

jóvenes y desconocidos territorios,

donde inventó el amor su paraíso.

Yo sé que en algún sitio de la tierra,

esta brisa que ahora me estremece

de pálida nostalgia,

ha de rozar tu frente vagabunda.

No importa que sea viernes o domingo.

En cualquier fecha, pienso en ti.

¡Te extraño tanto!



La Lámpara

Cayó el silencio
sobre mi mundo, en el que tú no estabas.
También la sombra descendió a mi estancia
y tuve miedo de que te perdieras.
Entonces encendí mi lámpara.
Su luz bañó mis manos
y las alcé tan alto, que parecían diez faros
alumbrando el océano,
donde tal vez, náufrago y solo, navegabas.



Recital a Margarita Paz Paredes

Conocí a Margarita en la ciudad de México, me la presentó mi amigo Alfredo Diaz Palacios en la primavera de 1973.
Al enterarse de la falta de apoyo a la cultura en mi pueblo, aceptó la invitación para venir a presentar su libro Señales (1972), cubriendo todos los gastos de su traslado.

Antes de que llegara el verano, estaba en Reynosa leyendo su poesía a los estudiantes del CECYT 149 y la Secundaria Mario González Aguirre. De esa calidad era la gran poeta mexicana Margarita Paz Paredes.

Es por eso y por la magia que ha logrado en todos aquellos que hemos leído su poesía, que el Grupo Literario Canto Rodado, rinde este homenaje a tan distinguida mexicana.

Para este recital nos hemos apoyado en la antología poética, Litoral del Tiempo, editada en 1986 por la Secretaria de Educación Publica, como un homenaje póstumo a la obra de Margarita Paz Paredes.

Nuestro recorrido se inicia con el poema: Yo nunca tendré calma, escrito en 1942 por la que era entonces una muchacha poeta de veinte años. Seguimos con: Pequeña isla (1949), Dimensión del silencio (1953), Casa en la niebla (1956), Reencuentro con la luz (1960), Cristal adentro (1960), Oración de amor (1960), La imagen y su espejo (1962),

A la poesía (1962), Carta desintegrada (1972) y Es viernes y pienso en ti (1972). Finalmente su poema Presagio, escrito cinco meses antes de su muerte.

Esta gran poeta mexicana, merece nuestro homenaje, no solo por la calidad de su poesía, sino por lo que representa para la literatura en México. Con su obra, henchida de ternura e ímpetu, de preocupación y generosidad, rompió con el pasado en el ámbito literario. Hoy nos parece normal y sencillo que una mujer se entregue al cultivo de las letras; pero cuando Margarita se inició, parecía extraño y en cierta medida abominable: ¡Una mujer dedicada a escribir poesía!

Esta noche, con este homenaje, le mandamos todo nuestro amor y cariño a Margarita Paz Paredes, al cielo de los poetas, donde seguramente se encuentra.

Margarita nos dio tanto con su obra que la llevamos en la sangre, porque sentir su poesía es sentirla a ella. Porque compartimos sus sueños, reímos y lloramos sus alegrías y sus penas.


Texto leído el 26 de Marzo de 2004 en el Museo Histórico
de Cd. Reynosa, Tam.











































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